Uno de los álbumes más esperados de 2004 fue el Contraband de los Velvet Revolver, súper banda en la que Slash, McKagan y Sorum tocaron juntos de nuevo después de Guns N´ Roses y su reinado, aprovechando que todavía compartían la infinita empatía musical que lograron en ésa banda a principios de los años noventa. En la voz los acompañó el experimentado front man y talentoso cantante Scott Weiland, lo que fue igual de celebrado por fans alrededor del mundo.
En un momento donde ya era claro que la oferta de música popular y particularmente el rock había cambiado hacia nuevas formas, fue una buena estrategia y detalle celebrar una vez más ese rock clásico para emocionar audiencias maduras y compartirle a las nuevas un poco de esa fórmula mágica. En este proceso del Contraband se unió en guitarra rítmica Dave Kushner, músico de mucho más bajo perfil que los mencionados cuatro, pero igual reconocimiento en la industria. En el trabajo de producción aparecen acreditados Josh Abraham, dedicado a diferentes géneros con un enfoque muy comercial, la misma banda y uno de los ingenieros de planta del reputado estudio Sound City, Mike Raskulinecz.
Aunque revisando las presentaciones en vivo de Velvet Revolver durante la promoción del disco se notan levemente disminuidos por la edad, el trabajo en estudio resultó ser un éxito, con temas sólidos en los que se nota la precisión, velocidad, melodía y fuerza con los que se destacaron todos en el pasado. En los sencillos Slither, Dirty Little Thing y la power ballad (a lo Sweet Child o´ Mine) Fall To Pieces (videos), se les escucha en un nivel altísimo que se mantiene a través del álbum. Oído al riff de batería en Illegal i Song, al groove en Superhuman y a mi favorita, Big Machine. Gran disco.
Feliz aniversario!
Otra vez, larga vida a Duff.
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