Thirst (2009) Dir: Park Chan-wook

Última entrega del director coreano Park Chan-wook (“Old Boy”,”I'm a Cyborg, But That's OK”). A diferencia de sus anteriores y turbulentas obras, esta película se destaca por ser una propuesta con mezclas de terror, comedia romántica muy negra y el desborde filosófico constate al estilo Chan-wook, que nos dejan pensando en aspectos de la vida y la existencia, inmersos en unos paisajes bellamente fotografiados. Se convierte a la vez en una propuesta renovadora dentro de los frustrados intentos de reinventar la faceta del vampiro asexuado y seductor(véase “Twilight” o el descache de “Vampires” del maestro John Carpenter), apostando a plantear nuevos y estimulantes enfoques dentro del genero de terror (véase la subvalorada “The addiction” de Abel Ferrara o “Let the Right One In” de Tomas Alfredson).

Detrás de la excusa vampirica, “Thirst” indaga dentro de los discursos moralistas occidentales- (es extraño ver a un coreano como un sacerdote católico, aunque previamente el director Takashi Miike nos mostraba que un oriental también puede verse como un vaquero a lo Clint Eastwood, cualquier cosa es posible)-, haciendo una revisión y critica sobre lo que no nos enseñaron en clase de religión, la faceta humana vivida detrás de la formación de los iconos, omitiéndonos el perfil de lo experimentado en carne y hueso. Lo interesante de la historia, desde mi punto de vista, esta en la búsqueda de esos impulsos que nos otorgan la condición de seres humanos, asumiendo la postura de seres de la noche.

La vampirización es todo lo que la humanidad quiere llegar a alcanzar, y es ese big-bang de la exaltación de los instintos (elevarse por los cielos, engañar a la muerte), anarquía y despojo de todos los tabúes que asaltan a la carne(o a la mente?). Me parece que la película aporta uno de los planos mas hermosos que se pueden inscribir dentro de la historia del cine (el sacerdote saltando con la joven en brazos). Recomendada.



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