Una vez decantadas las profundas emociones que me produjo este concierto procedo a compartirles algunos argumentos por los cuales concluyo fue uno de los mejores conciertos de rock en los que haya estado recientemente. Para evacuar los aspectos técnicos puedo decir el lugar del evento fue un éxito. La organización fue buena, el sonido y la visibilidad excelentes (mejores que en muchos otros espacios de la ciudad) y finalmente, hizo un clima muy agradable. Ah, y empezó a tiempo, por no decir que antes de lo previsto. Ahora, sin negar que nuestra ciudad se merece un escenario especializado en shows audiovisuales, como bogotano y metalero le tengo cariño al Parque Metropolitano Simón Bolívar, que curado por tanto rock que le han tocado encima le da un efecto único a los conciertos que allí se realizan.
Siguiendo con puntos a favor tenemos la apertura por parte de Megadeth (no alcanzé a llegar a Stoneflex). Como muchos sabemos es una banda con magnífica reputación dentro del metal y miles de seguidores en el mundo, por lo cual siempre es un privilegio poderlos ver en vivo. Puedo confirmar que animaron a los asistentes con su performance como banda, sus memorables clásicos y un Dave Mustaine sencillo y con mucho aprecio por sus seguidores en Colombia. Me gustó muchísimo su presentación.
A los pocos minutos salió Sabbath al escenario y la historia del rock fue confirmada. Todo lo que se conoce sobre esta banda y su influencia es real. Menos mal asistí.
Apoyándose apenas en breves proyecciones de imágenes y símbolos de la banda enmarcados con el bello contraste del morado sobre negro de la portada del tercer álbum Master of Reality, la puesta en escena eran Ozzy, Iommi y Butler. Y quiero ser enfático en esto, todas las dudas que tenía sobre la actual reunión de la banda y su último álbum por latente senilidad, chochera o entendible falta de forma, fueron resueltas favorablemente. Podrán verse viejos, pero mientras están tocando infunden respeto. Cada uno de los tres respondió impecablemente y fueron protagonistas individualmente y en conjunto. La voz increíble, la guitarra increible y el bajo increíble. Punto. Una de las razones por las que fueron así de grandes. Unos putos cracks.
Teniendo en cuenta que fue en los primeros diez años (entre el 70 y el 79) cuando estuvieron juntos los cuatro miembros originales y construyeron la leyenda, el set list se enfocó en los legendarios primeros seis álbumes (del homónimo al Sabotage) que conforman una discografía perfecta (más un tema del séptimo álbum Technical Ecstasy y tres temas del 13). Así, todo lo que tocaron fue un hit. Ahora, entre la emoción de verlos y de escuchar sus temas en vivo hubo dos conclusiones claras durante el concierto:
1. Si bien la música de Sabbath dentro de lo pesado es muy radio friendly, hubo un par de momentos en los que sentí la real fuerza oscura del metal avasallándome. Ahora, esto no es mi predilección pero me hizo reflexionar sobre la presencia de los artistas en el escenario que muchas veces pasa por simple entretenimiento. En este caso, una marcada energía provenía de la banda y sentí un efecto físico y psicológico considerable.
2. Mientras Sabbath tocaba me pareció ver también a decenas de bandas gigantes que vinieron después y que son de mis favoritas, por ejemplo, The Mars Volta, Pantera, Kyuss, Tool, por supuesto Megadeth, hasta Justice. Es increíble que aparte de ser padres del metal a secas, son también padres del sludge, del stoner y del metal alternativo en general. Esto es gracias al groove que manejan. Lo máximo!
El lunes una amiga del trabajo me dijo con una sonrisa gigante "estaba hipnotizada" con Sabbath. Opino lo mismo. Todo mi respeto y admiración por Black Sabbath por siempre.
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