Después de la euforia, el
cansancio y el guayabo producto de los tres días del festival Estéreo Picnic 2014, les
compartimos algunas impresiones sobre el evento, que sin duda, marca un nuevo rumbo
en el mercado de festivales musicales en Colombia. Además de unirnos a los aplausos y felicitaciones para los gestores y organizadores del evento, a los patrocinadores,
artistas y en general, a todos los que estuvieron involucrados en su realización,
este reconocimiento abarca también, haber llamado la atención sobre Colombia como sede de grandes espectáculos.
Es comprensible la emoción generalizada por el
impecable Line Up y la inclusión de bandas que muchos pensábamos no veríamos
jamás. La mezcla de emociones es tal, que algunos aún no nos recuperamos. Tachar el evento de “increíble” puede ser acertado,
pero cambiemos la apuesta (y el adjetivo) a creíble. Si. Acá se
puede y estamos seguros que se harán muchos festivales de ese calibre.
No somos los primeros en señalarlo y en realidad era algo evidente: El festival responde a un potencial económico gigante marcado por la fuerte demanda de cultura y entretenimiento (juntas son muy poderosas). No solo estábamos dispuestos a pagar por el derecho a ver un show, sino además, a compartirlo con miles de personas, con un trago, un café o una hamburguesa en la mano. Así las cosas, el festival se desarrolló en un gran mercado cargado de publicidad, de productos y de servicios, tal como lo vienen impulsando los creadores desde hace cinco años. Esto podrá desafiar el ideal de festival trazado en Woodstock 1969, pero por ahora, Estéreo Picnic es justo lo que necesitamos, o al menos, lo que deseamos.
Es importante destacar que la invitación de los organizadores a patrocinar haya sido finalmente atendida por los inversionistas, porque al final el balance es: Todos Ganan. Por supuesto, esperamos que esta dinámica se mantenga.
Lo segundo que cabe resaltar es
el talento local. Sin duda la infraestructura, la relevancia, la cantidad de
asistentes y demás, incentiva a que las bandas locales se esfuercen
por lograr un alto nivel en sus shows. Y es que por Colombia hubo de todo, desde
bandas acostumbradas a grandes tarimas como Bomba Estéreo, La 33, Monsieur Periné y El Freaky, hasta talentos que van en ascenso y se están ganado
su lugar como Los Petit Fellas, Liana, Árbol de Ojos y Charles King, entre
otros. Impresionante fue el apoyo del
público a los de acá, aplauso merecido para ustedes.
Muchos años pasaron y fuimos testigos de muchos intentos por tener un festival de esta categoría. Sin simplificar la labor de quiénes construyen día a día la industria musical colombiana, podemos ir comprobando una sencilla relación proporcional: A mayor apoyo del público, mayores posibilidades para los artistas para vivir de la música. Alimentar el mercado de los artistas locales les permitirá gestar y desarrollar nuevas propuestas. Si la radio sigue siendo un terreno difícil para los que empiezan, ¡tomémonos internet, los pequeños bares, las redes!
Por eso dejemos de decir: Increíble. Estéreo Picnic y la construcción de públicos y mercados de grandes espectáculos musicales en Colombia es creíble y depende de todos.
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