martes, 8 de abril de 2014

Smash - Vigésimo Aniversario



Haciendo música desde los 80 bajo la influencia de lo mejor del punk en ambos lados del atlántico, los entonces jóvenes californianos The Offspring atinaron a concebir (en su tercer intento) Smash, uno de los mejores álbumes de los noventa, lo cual sabemos es de una relevancia tremenda.
Aún bajo la custodia del legendario sello independiente Epitaph y con la ayuda del ingeniero Thom Wilson, quien contaba con amplia experiencia produciendo discos dentro del género, los Offspring no se imaginaban (ni nadie) que su oficio resultaría tan provechoso ya que, es el álbum independiente con mayores ventas en la historia, lo que además abrió paso al contrato de la banda con Columbia Records y la polémica más grande sobre artistas traicionando sus raíces underground al hacer el tránsito al mainstream. La crítica especializada señala unos puntos interesantes sobre la música en Smash, como ser la propuesta más heavy entre las otras bandas punk que estaban alcanzando éxito comercial (Rancid, Green Day), lo cual se puede detectar en la genial distorsión de guitarra y en la velocidad en ritmo que es un poco más leve. Por supuesto, la alta, fuerte, e impecable voz de Dexter Holland es otro aspecto a resaltar, porque perfectamente competía con cualquier vocal del grunge en el momento.

Sin duda, este álbum contiene las letras y la actitud rock por excelencia. Me encantan los episodios donde básicos leads se unen a la guitarra rítmica taladrando tu cabeza como en Genocide. También, sus coros de soporte, donde cantan los 4 integrantes (no tan armónicos como en Bad Religion) y hacen un background elegantísimo para algunos temas, como se demuestra ampliamente en Something To Beleive In. Me gusta también la solidez que la rígida y poco adornada batería brinda, así como la fluidez que se les siente a las guitarras y al bajo cuando ejecutan los riffs.
En aquella época donde era más sencillo conseguir el álbum que los sencillos, para quienes logramos sobrepasar el enamoramiento generado por las increíbles Come Out And Play y Self Esteem y descubrir este álbum completo desde su "intro" hasta su "canción escondida", fue cuestión de minutos para caer bajo su encanto, bajo el poder de este pequeño planeta rudo y magnífico. Entre Nitro (tal vez, mi favorita), Bad Habit (y su insuperable comienzo), Gotta Get Away (y su riff de batería!), So Alone (puro hardcore), Not The One (que contiene todas las bondades del disco) y la misma Smash, hacen de este disco un gran mejor momento que se prolonga por muchos minutos. Una obra maestra e inolvidable joya de los noventa.

Por cierto, el narrador es excelente y la portada del álbum, del putas.

Feliz aniversario!
 

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