Interstellar es la novena película de Christopher Nolan, en la que emplea su comprobada habilidad como director en una nueva historia con la que mantiene su lugar entre los realizadores más importantes de la actualidad por su altísimo estándar dentro del cine de entretenimiento. Aunque ya había trabajado en este género con la genial Inception (2010), en esta oportunidad enfoca la ciencia ficción en un sentido clásico: un futuro distópico (por razones ambientales) en el que resulta imperativo explorar el espacio como alternativa para la supervivencia de la humanidad.
La película es tan sólida en todos sus aspectos que solo puedo concentrarme en las razones por las cuales no es mi favorita de Nolan. Después de meditarlo por días, entre mis reflexiones preliminares encontré que la ausencia de inteligencia extraterreste, los típicos obstáculos en el viaje del personaje, la explicación de todos los detalles y el final feliz, exigen muy poco del espectador, lo que me deja la sensación de que Interstellar es aquel guión ideal del que hablan en los seminarios y talleres de escritura, realizado con una producción gigantesca, por lo que es el ejemplo perfecto de lo que considero Hollywoodense.
Ahora, no hay nada de malo en esto pues todos tenemos obras favoritas y de culto que se crearon bajo este enfoque. De hecho, consideraré acertado y merecido que Interstellar gane de cuanto premio haya disponible en 2015 en diferentes certámenes y categorías, y que de paso, deje mal parado a todos los que se involucraron en el favoritismo hacia Gravity, a la que claramente esta película le patea el trasero. Mi punto es que al pensar en aquellas referencias obligatorias que el mismo Nolan señaló como inspiración, como 2001. A Space Oddissey o Blade Runner, así como otros clásicos del género, recuerdo haber encontrado una satisfacción más profunda. Sin embargo, esta es una excelente obra audiovisual.
Calificación 4.5 / 5
Calificación 4.5 / 5
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