Después de dos décadas de consolidación como género y que varias de sus escuelas ya eran institución, muchos empezaron a agregarle nuevos ingredientes a la receta clásica, generándose el interesante fenómeno de la "alternativización" del metal, obteniendo novedosos resultados que lograron buenos niveles de aprobación entre aquellas audiencias que disfrutaban de esta música fuerte sin necesidad de encasillarse.
El caso de Machine Head es particular porque aparecieron en escena con un metal novedoso, sin traer elementos extraños, simplemente profundizando en el espíritu del momento. Su propuesta, principalmente groove, tiene un toque de trash e incluso speed que funcionó de maravilla, particularmente entre las audiencias europeas; también aprovecharon sus voces de manera dinámica, usándolas con fuerza y con suavidad en cada tema; por otra parte, tanto su líder Robb Flynn como el canadiense Logan Mader explotaron las guitarras al máximo, apoyándose en arpegios, punteos y todas las formas clásicas del instrumento en el género, incluyendo el agudo armónico distorsionado que se volvió uno de sus sellos personales. Estos y otros detalles todavía suenan frescos y hacen de esta banda una alternativa verdadera.
Por su pesadez no es común encontrarlo en las listas de lo mejor de 1994, pero, sin lugar a dudas, Machine Head marcó otro de los puntos altos de ese año con su brillante debut Burn My Eyes.
¡Feliz aniversario!
Ojo y oído al baterista....
El caso de Machine Head es particular porque aparecieron en escena con un metal novedoso, sin traer elementos extraños, simplemente profundizando en el espíritu del momento. Su propuesta, principalmente groove, tiene un toque de trash e incluso speed que funcionó de maravilla, particularmente entre las audiencias europeas; también aprovecharon sus voces de manera dinámica, usándolas con fuerza y con suavidad en cada tema; por otra parte, tanto su líder Robb Flynn como el canadiense Logan Mader explotaron las guitarras al máximo, apoyándose en arpegios, punteos y todas las formas clásicas del instrumento en el género, incluyendo el agudo armónico distorsionado que se volvió uno de sus sellos personales. Estos y otros detalles todavía suenan frescos y hacen de esta banda una alternativa verdadera.
Por su pesadez no es común encontrarlo en las listas de lo mejor de 1994, pero, sin lugar a dudas, Machine Head marcó otro de los puntos altos de ese año con su brillante debut Burn My Eyes.
¡Feliz aniversario!
Ojo y oído al baterista....
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