Después de The Shining, Misery es
una de las mejores adaptaciones que se han hecho de las novelas de Stephen
King, desde mi perspectiva. Kathy Bates la saca del estadio con un protagónico
comprometido y aterrador. No sobra decir que los creativos siempre serán más
sinceros si parten de sus propias experiencias de vida para escribir, y King también
ha experimentado la presencia del groupie acosador (un sujeto alguna vez se
metió en su casa). Misery trata sobre el escritor Paul Sheldon (raro en Stephen King haciendo ficción de su vida)
quien ha finalizado su última novela. En medio de una fuerte nevada, su automóvil
se voltea y sufre un accidente. Para su “suerte”, es rescatado por Annie Wilkes,
una enfermera fanática de los libros de Sheldon. Al principio todo parece
tranquilo, pero cuando ella ya no lo quiere dejar ir, empieza la odisea. Annie desatará su ira al leer que su escritor
va a matar a su protagonista estrella en su última novela. No hay nada más
aterrador que un fanático apasionado. Annie hace de las suyas como enfermera,
manteniendo sedado a Paul por semanas. En Misery hay una secuencia icónica con
un martillo de la cual no quiero profundizar mucho, pero yo lo invito a que la
descubra por su cuenta. Misery contiene todos elementos que desea un espectador
ansioso por una buena historia con dosis de adrenalina. La película va
aumentando progresivamente la tensión y nos va destapando sorpresas y giros
inesperados. El actor James Caan no se queda atrás en su papel de Paul y
demuestra de manera efectiva toda su pesadilla y encierro por tratar de escapar
de una brutal psicótica. Excelente banda sonora, dirección de fotografía y
montaje. Ni hablar de las interpretaciones (Bates ganó un Oscar por este
papel). Annie Wilkes jamás será olvidada en el horrible imaginario de varias
generaciones de fanáticos. Annie Wilkes siempre será una chica letal.
viernes, 10 de octubre de 2014
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