Otra de las grandes y buenas sorpresas del 94 fue el álbum debut de KoЯn, la banda californiana pionera del nu-metal, que inició una respetable escalada de popularidad con su entonces novedosa versión del metal, grave, pesada, y muy alternativa que incluía la voz (entre gutural, ladrada, melódica, sucia y a veces infantil) de Jonathan Davis con sus acentos de respiración en el micrófono, las guitarras Ibañez de 7 cuerdas de los poco virtuosos y atmosféricos Munky y Head, el bajo (Ibañez de 5 cuerdas) de Fieldy y su marcada tendencia Hip hop, y finalmente, los tambores apagados del hábil David Silveria (de 22 años en aquel entonces).
La banda tenía todo por mostrar en ése momento y este impulso fue canalizado majestuosamente por el señor Ross Robinson, quien aparece de repente en la escena de la producción musical con la nueva receta ganadora, con la que logró cotizarse para producir entre otras bandas relevantes de los noventa, a Slipknot, Machine Head y Sepultura, en su oficina favorita, el Indigo Ranch Studios. Actualmente se le conoce oficialmente como el padrino del nu-metal, aquél género que tantas alegrías y desgracias trajo.
En este trabajo encontramos los reglamentarios hit singles, como el introductorio e inolvidable Blind, Need To (con su emocional coro), la elevada Shoots and Ladders, y Clown,.También está el enojado exitazo Faget, pero, me llama la atención que una vez pasados todos estos, el álbum entra en una recta final donde se consagra como algo muy sólido, con los pesados Predictable (con su riff ganador), Fake (y sus delicadas estrofas), Lies (con su groove) y Helmet in the Bush (con su beatsito electrónico...). Ni hablar del épico cierre con Daddy.
Me encantan también Divine y Ball Tongue, mejor dicho todo el disco. Una maravilla.
Feliz aniversario!
En este trabajo encontramos los reglamentarios hit singles, como el introductorio e inolvidable Blind, Need To (con su emocional coro), la elevada Shoots and Ladders, y Clown,.También está el enojado exitazo Faget, pero, me llama la atención que una vez pasados todos estos, el álbum entra en una recta final donde se consagra como algo muy sólido, con los pesados Predictable (con su riff ganador), Fake (y sus delicadas estrofas), Lies (con su groove) y Helmet in the Bush (con su beatsito electrónico...). Ni hablar del épico cierre con Daddy.
Me encantan también Divine y Ball Tongue, mejor dicho todo el disco. Una maravilla.
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