El pasado lunes 20 de mayo cumplió diez años el álbum homónimo de Deftones. Al igual que otros trabajos de bandas noventeras que permanecían activas en 2003, fueron una agrupación que dio buenas razones para no perder la fe en el rock durante la primera década de los 2000. Aunque no es el favorito de la crítica por haberlos bajado de la agradable atmósfera del White Pony, a mi me encanta cómo balancearon ese toque electrónico con el sonido crudo de sus orígenes, definiendo lo que han venido haciendo hasta ahora. Excelente muestra de metal alternativo.
¡Feliz aniversario!
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