Entre tantas cosas maravillosas que se estrenaron en 1994 tenemos la gloriosa adaptación y realización cinematográfica de The Crow, cómic original del artista gráfico americano James O´Barr. Para ese trabajo se unieron los escritores David J. Schow y John Shirley (expertos en el tema) y el director Alex Proyas, quien demostró con mucho estilo su predilección por la imagen oscura. The Crow fue un éxito indiscutido que se convirtió en obra de culto, aún con las dificultades que sobrevinieron con la muerte de Brandon Lee durante el rodaje, amenazando su culminación.
Pero aparte de todos los halagos que merece esta película, me referiré a su inolvidable banda sonora, la cual aprovecha de la mejor manera el nivel musical del momento, enfatizando en el espíritu, tono y color del cómic, explícitamente influenciado por la escuela de Joy Division y The Cure. Además de responder a su estética de subcultura gótica, el disco fluye exquisitamente, sorprendiendo permanentemente con tantos temas originales (para la película), tanto industrial (cuando hoy habría sido electrónica), tanto noise y tanto metal alternativo.
El disco abre con el tema ganador Burn, de The Cure, el cual fue grabado exclusivamente para la banda sonora. Sigue Golgotha Tenement Blues, una excelente muestra de rock industrial por la banda americana Machines of Loving Grace. A continuación, el hit de los Stone Temple Pilots, Big Empty, que estaba por salir en su segundo álbum Purple y que reemplazó otra canción que fue omitida después de la muerte de Lee. Luego, Trent Reznor, con su Nine Inch Nails en pleno apogeo, descresta a todos con el cover de los Joy Division, Dead Souls, saldando el tributo obligatorio a la referencia antes citada. Rage Against the Machine aparece en su cuarto de hora, aunque un poco fuera de lugar ya que su tema Darkness (Of Greed) es obviamente político. Sin embargo, es brillante y Tom Morello se faja el mejor solo de guitarra de toda su historia con la banda. Le sigue Color Me Once de los Violent Femmes, mi favorita del álbum de un tiempo para acá (¡buenísima!). Los Rollins Band aportan Ghostrider, cover del legendario dúo neoyorquino Suicide en una particular e intensa interpretación; Helmet participa con Milquetoast, que haría parte de su siguiente álbum Betty. Pantera aparece en completa forma interpretando de manera idéntica The Badge, original de la banda punk americana Poison Idea, demostrando de nuevo porqué eran unos gigantes. For Love Not Lisa aporta Slip Slide Melting, que sin ser industrial muestra algo de ésa influencia en el sonido y empata perfecto con After the Flesh de My Life with the Thrill Kill Kult, exponente fuerte del género que le valió una merecida aparición en la película. A continuación viene la leyenda escocesa del noise, The Jesus and Mary Chain, con Snakedriver (video). Luego, tenemos a Medicine, banda americana de dream pop y noise con Time Baby III, favorita personal, cantada por Elizabeth Fraser de Cocteau Twins y que también aparece durante la película. Al final,tenemos a la canadiense Jane Siberry con su tema It Can´t Rain All the Time, que desentona un poco pero que de alguna forma sirve para calmar los 60 minutos de poder que le anteceden.
Aunque no encuentro al directo responsable de seleccionar estos temas para la banda sonora, funciona de maravilla y será joya indiscutida de los noventa por siempre. ¡Excelente!
¡Feliz aniversario!
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