1994 se estaba acabando, pero el lanzamiento de maravillas continuaba. El 22 de noviembre, estando en pleno pico de popularidad,
Pearl Jam estrena
Vitalogy, su tercer trabajo discográfico que se mantiene como uno de los definitivos de ése año y de la banda. Vale la pena anotar que en una época donde el disco compacto era la ley, este álbum salió al mercado en vinilo. Esto es solo un pequeño detalle entre todos los cambios por los que atravezó la banda en el momento, que es un claro antecedente de este furor actual alrededor de clásico formato de los larga duración. Y bueno, además del vinilo, el
punkerillo primer sencillo,
Spin the Black Circle.
Como
Vs. es mi favorito de
Pearl Jam desde entonces y con
Vitalogy hubo un cambio de enfoque importante, me costó mucho tiempo encariñarme con este álbum. El primer aspecto perceptible de este cambio fue la disminución en el protagonismo de los guitarristas
Gossard y
McCready, cuyo aporte melódico (generalmente en forma de
leads (punteos) y solos frecuentes) sobre el espíritu animado de sus primeros dos trabajos, fue reemplazado (ni siquiera balanceado) por un sentido rítmico básico, que hacía la presencia de una de las dos guitarras prácticamente innecesaria. A su vez, el destacado estilo del baterista
Dave Abbruzzese también se vio afectado, ya que el tipo debió concentrarse en su
punch (golpe), pues el margen de acción que había tenido hasta el momento para brillar con su destreza adicional, se vio reducido considerablemente. Estos cambios en el sonido de la banda los sentí como un paso atrás.
También me llamó la atención que no se hubiesen hecho videos para ninguno de sus temas, pues esto limitó el impacto de sus sencillos en una época donde
MTV era la principal fuente de información en materia musical. Aunque lo siguiente no me afectó personalmente (pues con mucha determinación logré verlos en vivo 19 años después...) la "
roobin-hoodezca" queja contra
Ticketmaster por conductas monopólicas en el mercado de las entradas a conciertos, presentada en el primer semestre de 1994, durante la gira del
Vs. (donde
Vitalogy fue concebido), les costó varios meses de reducida exposición en vivo, por no poder presentarse en los grandes escenarios que necesitaban para su multitudinaria audiencia, ya que eran aliados de la acusada.
Más información sobre esta etapa, aquí.
(Pearl Jam con Dave Abbruzzese (en la mitad) quien fuera el baterista desde 1992, hasta su despido poco antes de terminar la grabación de Vitalogy)
Conforme pasaban los años, descubrí que el
Vitalogy guardaba una poderosa emoción que lo destacaba del
grunge de antaño, y que compensaba todo lo que a primera escuchada me había faltado. Como una especie de
soul que te conmueve, y que demuestra un ánimo de trascendencia además de la mera habilidad para componer canciones. Ahora, aunque hubo un cambio de dirección musical, el
rock puro seguía siendo la fórmula de
Pearl Jam, así que finalmente sucumbí ante el poder del
Vitalogy, como otros tantos miles de fans alrededor del mundo.
Mucho después, cuando vi el documental
PJ20 (2011) de
Cameron Crowe, entendí como, justo en el tiempo que precede al lanzamiento del
Vitalogy,
Eddie Vedder deja de ser el cantante californiano con el que los pioneros de
Seattle intentaban una nueva banda post-
Andrew Wood (y
Mother Love Bone), para tomar el control como líder de la banda. Con el sentido de responsabilidad que lo caracteriza, (y también con la guitarra al hombro)
Vedder propició cambios a nivel musical y de comunicación, determinados por una serie de situaciones incómodas en las que se vieron inmersos, que incluyen haber sido el foco del atención de ridículo mediático que la industria americana propició alrededor del
grunge con fines comerciales, hasta la entonces reciente muerte de
Kurt Cobain.
